En TRASLUZ realizamos la post-edición de textos traducidos con herramientas de inteligencia artificial (IA).
Aunque la IA ha avanzado significativamente en los últimos años, aún no ha alcanzado el nivel de autonomía necesario para producir traducciones de una calidad óptima, especialmente en contextos específicos que requieren precisión, sutileza y matices culturales. La IA todavía lucha por entender completamente la riqueza y la diversidad lingüística que caracteriza a las lenguas naturales.
Nuestro servicio de post-edición actúa como puente entre las traducciones automáticas generadas por la IA y la calidad excepcional de nuestros profesionales, garantizando claridad, coherencia y autenticidad, aspectos fundamentales que generalmente escapan a las capacidades de la IA. La intervención humana es crucial en el proceso de post-edición.
Nuestro procedimiento comienza por una lectura minuciosa, prestando especial atención a la coherencia del contenido y la fluidez del lenguaje. Se compara el texto traducido con el original para identificar posibles desviaciones o errores y se evalúa la fidelidad de la traducción, asegurando que la esencia del mensaje se mantenga.
En una siguiente fase, el foco pasa a la interpretación de matices, intentando comprender y reflejar los tonos, el estilo y los rasgos característicos del texto original que la IA podría haber interpretado incorrectamente o pasado por alto; se ajustan las expresiones idiomáticas, las connotaciones culturales y otros elementos contextuales.
En el siguiente nivel se lleva a cabo una revisión léxico-gramatical, valorando la elección de palabras, estructuras y tipos de oración, para garantizar que sean precisas y apropiadas en el contexto; además, se corrigen posibles errores gramaticales, problemas de concordancia y elecciones léxicas inapropiadas. Se presta atención a la estructura de las oraciones y los párrafos para garantizar coherencia y claridad, ajustando las estructuras sintácticas para que el texto resulte más natural y comprensible en el idioma meta.
A nivel discursivo, se evalúa la consistencia global del discurso y la lógica del texto para que las ideas se presenten de manera clara y ordenada. En ciertos campos, es necesario realizar una adaptación cultural, considerando expresiones y referencias específicas que puedan no ser adecuadas o comprensibles en la cultura de llegada. Finalmente, la última fase de revisión se centra en mantener la consistencia de términos y estilo a lo largo del texto.